Topografía de abajo del club Viana.
Un sábado cualquiera te encuentras de camino sin saber bien cómo hacia Arredondo, el equipo, los compañeros de siem0re allí te están esperando; para poco dará el día, cenar y charlar lo que está el domingo por venir, yo la verdad no pienso en nada, pinta ser una actividad completa y nada más.
De mañana completamos el operativo de dos coches, nos vestimos y coincidimos con un equipo de Toledo, un equipo que va allí a hacer prácticas de rescate jajaja, mira que bien, si pasa algo ya no hay ni que salir. Ojo al detalle, nos dejan pasar primero.
Comienza el juego y...las bregadas, en vanguardia Luisma y Pipo asumen la mayoría del trabajo, de vez en cuando algo me toca tb, vamos a buen ritmo y los bomberos nos siguen de cerca, eso debería hacerte estar tranquilo pero esa sensación de presión no me gusta mucho y en el paso clave, la diaclasa vertical me acelero, un fallo terrible, no por nada pero tardo más de lo esperado y eso hace que la cabeza trabaje más de la cuenta con el consiguiente gasto de energía,...y vida; Luisma pasa rápido,Cris atasca y yo detrás también tardo, Sandra no debe de tocar ni la pared y Pipo viendo el percal ya hace por librar los problemas jajaja, bien.
Comentar que si bien los espacios cerrados, si es así, no me gustan al cien por cien, los p*t** espacios confinados menos todavía, está claro que la espeleología radical y yo nos respetamos pero no nos queremos mucho,si hay que hacerlo se hace oiga jajaja.
Pasadas las o la zona perramente estrecha o yo estoy de buen año, ya sólo queda enlazar pozo tras pozo con un equipamiento digno de parque de atracciones, pasamanos y pequeñas secciones ya equipadas aceleran el avance, de los bomberos ya ni rastro , jejeje están en la diaclasa fijo.
Última zona estrecha anuncian por delante,...eso no es estrecho ya, si es que me da la risa después de estar un rato envasado al vacío, bufffff, y sin más, enlazamos por un volado de 20 metros a Cañuela, espacio subterráneo sin límite, dimensiones megaliticas y si, qué alivio.
Llegados a Cañuela, es decir tocado suelo firme, bajamos la sala y reponemos fuerzas, estamos el rato suficiente para oír al equipo de retaguardia, todo está bien. A partir de aquí faltará el canimar , el subir y bajar, el hacer fotos y el ir agotando luces y energías propias por igual, no se los demás pero mi energía física está bajo mínimos, la tensión nerviosa pasa factura al cuerpo físico.
Satisfechos llegamos a la enrome cavidad de entrada, acorde el tamaño con el resto de proporciones de la galería,y el aire fresco cargado de humedad nos golpea la cara, una mirada atrás entre alivio y felicidad se dibuja en el rostro, y hablo en singular porque el equipo en este mundo subterráneo lo es todo. Poco más que decir, a uno de estos pasos estrechos no sé si me enfrentaré de nuevo, bien por no entrar en el,...bien porque el que escribe estas líneas ya no es el mismo que entro en la cueva. Fotos propias y de Luisma.Un saludo.
Volveras seguri Asturwaterman...jajajaj....
ResponderEliminarLuisma dixit.