CUEVA DE PANDO

Dejandote llevar por el impulso te vas de cueva, a las cuevas dicen que no se debe ir solo,...aunque tampoco de montaña dicen, o al mar...; en este caso la cueva no posee dificultades técnicas, quizá lo más difícil sea enfrentarte al silencio, soledad o a la temida oscuridad ("existe la teoría que este miedo innato proviene de la época en la que no éramos los mayores depredadores como ahora). Y efectivamente todas esas sensaciones me acompañan durante mas de dos horas. Primero entro en la primera pequeña cueva, con mínimo desarrollo para entrar en materia.

Tiro unas fotos y sigo a la cueva grande en el que las señales que a veces nos encontramos (primera foto de abajo) no ayudan jajaja. Última mirada a la luz exterior y entro, poco a poco mas profundo y giro a la derecha, continúo. Me entretengo un buen rato en una zona preciosa, con muchas formaciones, trato a la cámara con mimo y ella me responde igual. Decido seguir, la verdad es que es fácil pero no quiero venirme arriba, ni la conozco ni tengo la topo, al llegar a los gorgs decido dar la vuelta, estoy satisfecho. Volviendo el camino cambia, camino con decisión pero por un instante dudo...poderoso escalofrio el que me baja columna abajo por un instante seguido de cuatro latidos poderosos del corazón. Resoplo y recojo para salir, me entra la risa, menudo héroe jajaja (sensaciones personales, la cueva esta señalizada con flechas que indican salida y el riesgo es prácticamente nulo, creo importante el aclarar esto).
Hasta la siguiente visita, ya que me queda por ver y conocer bien esta cueva, intentaré que sea en compañía eso si. Un saludo.

SEGUNDA VISITA, CON ALBA
Visita con Albita la anguila jejeje porque por todos los lados pasa sin problema a esta sencilla cueva, fácil y visual; esta vez nos encontramos ya con un grupo, se nota que se acerca la temporada de "aventures" del personal.
En cuanto a las galerias, por dos nuevas nos movimos y alguna gatera nueva también, vimos un cabo hacia un pasaje superior pero ahí lo dejamos.
Otra curiosidad es la de tapar con barro las antiguas flechas rojas y verdes que habían pintado, no se yo lo que aguantara ese barrillo con la humedad. Bonita cueva y divina compañía, un abrazo.